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Space Harrier II, un clásico matamarcianos.

Albores de los 90s y el primer Shoot ‘em up que recuerdo haber visto y jugado lo protagonizaba un seudo superhéroe de traje rojo. El protagonista se batía contra seres extraños que nacían desde el horizonte de la pantalla, en una perspectiva de profundidad extraña para la época. ¿Adivinas el juego? si, Space Harrier II.

Muchas de las primeras experiencias que tuve con los videojuegos fueron a principios de los años 90s, particularmente en Québec, Canadá, como ya lo he mencionado en posts anteriores. Tuve la suerte de vivir el periodo de oro de las consola de 16bits, en un mercado como el norteamericano, pudiendo vivir en primera persona la expansión de la industria de los videojuegos. Por aquellos años todo parecía sorprendernos, todo muy novedoso, éramos una audiencia muy susceptible a ser cautivado con pequeños detalles. La industria estaba en un proceso de exploración tecnológica, recién comenzaba a entender esta nueva dinámica de jugar en los living de las casas. Space Harrier II es un juego que simboliza, perfectamente, la transición que experimentaron muchos desarrolladoras de videojuegos a inicios de los 90s, que estaban acostumbradas a diseñar juegos para arcades o máquinas recreativas y que ahora debían comenzar a diseñar juegos para consolas de videojuego caseras.

Space Harrier II fue uno de los primeros videojuegos que jugué, junto con Sonic The hedgehog 2 y algunos otros. Si bien nunca tuve el cartucho cuando niño, si tuve la oportunidad de jugar en muchas ocasiones gracias a mi primo Pablo, quién, al igual que yo, teníamos consolas Sega Genesis a principio de los 90s. Recuerdo que después de la escuela nos juntábamos a jugar Space Harrier II, no importaba si estábamos en el húmedo verano canadiense o bajo un metro de nieve, siempre tratábamos de jugar y avanzar en las diferentes etapas de este extraño mundo futurista, llamado Fantasy Land (nombre muy original por lo demás🙄). Uno de los aspectos que siempre me llamó la atención de este videojuego era la dificultad para mover a Harrier, el protagonista, dentro de cada escenario, tenía un grado de complicación, a mi juicio elevada, y en muchas ocasiones nos generó más de una frustración al caer abatidos por el enemigo de turno, perdiendo nuestro progreso. Para ser honesto, no recuerdo con claridad si este juego lo logramos terminar, pero con mi primo Pablo siempre lo recordamos con nostalgia. Tanto para él como para mí, está ubicado en un top de esa primera oleada de juegos de Sega Genesis, porque nos evoca esa época dorada de videojuegos donde todo era novedad y todo estaba por ser descubierto.

Space Harrier II es un secuela del juego homónimo lanzado por Sega para máquinas arcade o recreativas lanzado en 1988. El desarrollo del videojuego original, tanto en su primera versión (para arcade de 1985) como en la versión para Sega Genesis de 1988 fueron dirigidas por el icónico Yū Suzuki, padre de otro puñado de juegos destacados de la empresa japonesa, como Out Run, Hang-On, Virtua Fighter y Virtua Racing. La historia de Space Harrier II se sitúa en un futuro muy lejano, específicamente en el año 6326. Un llamado de alerta proveniente del sector 214, localizado a años luz de tu ubicación, requiere de tu presencia, pero la distancia no es problema, ya que se cuenta con el “Cosmic Gate”, un mágico dispositivo que permite la teletransportación facilitando el movimiento por este universo tan colorido. Entorno a esta temática gira el hilo argumentativo de la historia, que para efectos prácticos, no tiene mucha relevancia para el transcurso del juego, Space Harrier II es un “matamarciano” de cepa y como todo Shoot’ em Up la lógica es disparar, esquivar y avanzar. El juego tiene una estructura en segunda persona, de los llamados “Behind the man”, con movimientos verticales y horizontales del personaje, pero también cuenta como movimientos en profundidad dentro del plano, novedoso para la época. Es un juego rápido y simple de entender, sus movimientos no son pretencioso. Space Harrier II conserva, ceñidamente, los principios de los videojuegos arcades, de hecho, esto era uno de los motivos principales para lanzarlo en el catálogo inicial de la Sega Genesis, ya que la empresa japonesa, quería, entre otras cosas, mostrar la potencia de la placa de la consola y evidenciar su capacidad de traer los éxitos de los arcades a las consolas de hogar. 

El juego cuenta con 12 niveles, cada uno con su respectivo “boss” al final. El objetivo principal es avanzar por los niveles y llegar al jefe final (no spoiler). Tiene unas gráficas bastantes clásicas para la época, tanto en los sprites como en los fondos, con una paleta de colores fuertes, que en ocasiones cansa la vista. En cuanto a la música del juego, ésta es agradable y poco repetitiva, pero el gran atractivo en cuanto a sonido del juego es que incorpora la voz de un humano, un aspecto que para los juegos de la época era único. 

Si estás buscando un juego clásico de Shoot’em Up de principio de los 90s, Space Harrier II es un gran título y completamente recomendable. Es simple de jugar, divertido, con una extensión justa, económico en comparación a otros títulos y fue desarrollado por uno de los personajes relevantes de los videojuegos de la época como Yū Suzuki. Después de muchos años, pude comprar el cartucho original de este gran juego y hoy es parte de mi colección de juegos de Sega Genesis. Con Pablo no hemos tenido la oportunidad de volver a jugarlo juntos otra vez, pero no faltará la oportunidad de hacerlo en un futuro, donde seguramente, reviviremos la nostalgia de esos años, quién sabe, quizás hasta nos volvamos a sorprender.

N!

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