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Festigame, el reencuentro.

Han pasado dos años desde la última vez que asistí a Festigame. En aquella ocasión, la experiencia me dejó un sabor amargo, como si no hubiera cumplido con las expectativas que había imaginado. Era época de pandemia, restricciones, fases y mascarillas. Se percibía esa efervescencia colectiva por salir del encierro y volver a disfrutar de eventos masivos.

El fin de semana pasado marcó mi reencuentro con Festigame. Esta vez, un escenario diferente acogió el evento, que ahora se siente más como un festival que como una feria. El parque del nuevo Estadio Nacional ofreció la amplitud y comodidad necesarias para un evento que ha crecido de la mano del “mundo gamer”.

Aunque el evento conserva en su núcleo la idea de reunir marcas que patrocinan y ofrecen experiencias gamer con títulos triple A, debo admitir que me sorprendí al encontrar un espacio dedicado especialmente a desarrolladores nacionales. Pero, como dice el refrán, una golondrina no hace verano. Había que explorar qué se escondía bajo esa carpa. Aquí te dejo un breve reporte.

La carpa nacional

Al cruzar la entrada de la carpa, mi sorpresa fue mayúscula. En un ambiente vibrante y lleno de energía, cientos de jóvenes —y no tan jóvenes— rodeaban pilares donde 40 empresas desarrolladoras nacionales presentaban a jugadores y curiosos sus más recientes trabajos. Entre la multitud, me abrí paso hacia uno de los pilares. Pegados a cada estructura, había monitores mostrando diversos juegos; frente a ellos, grupos de personas jugaban, probaban y preguntaban detalles a cada equipo de desarrollo, generando una sinergia asombrosa, que imagino fue enormemente gratificante para los creadores.

Recorrí la carpa zigzagueando entre los pilares, acercándome a cada empresa e intentando jugar todos los videojuegos. Mientras sorteaba a la gente o esperaba mi turno para jugar, reflexionaba sobre la cantidad y calidad de los títulos que tenía frente a mí. Cada uno destacaba por sus particularidades: ideas originales, mecánicas diversas y direcciones de arte realmente pulidas.

Fue un verdadero acierto de la organización de Festigame y de los patrocinadores, ProChile y VG Chile. Sin duda, esta muestra representa solo una pequeña parte del escenario local y del esfuerzo de cada equipo por darle el palo al gato.

Aunque todos los videojuegos y empresas desarrolladoras merecen un reconocimiento individual, en esta nota quiero centrarme en algunos títulos que, en particular, despertaron mi interés. Estoy seguro de que vale la pena seguirles la pista en el futuro.

Orphans

Desarrollado por Infinity Gears Studios, este juego cuenta la historia de Victoria, una niña que queda huérfana tras un trágico accidente marítimo y termina atrapada en los enigmáticos confines de una ciudad misteriosa y distópica. Con una estética y narrativa interesantes, este título ya tiene disponible un demo en Steam para PC.

JanKenUP!

¿Cómo una mecánica básica, arraigada en la cultura popular —como el juego de piedra, papel o tijera— puede transformarse en un videojuego? JanKenUP!, desarrollado por Humita, es un claro ejemplo. Con gráficos estilo anime muy pulidos y personajes pop, como Salfate, este adictivo videojuego ya está disponible en diversas plataformas. Más detalles en su sitio web oficial: JanKenUP!.

Curilemu

Simplemente, una joya. Este título me sorprendió desde el primer vistazo. No tiene nada que envidiar a producciones extranjeras del mismo género. Es un juego de aventura y terror ambientado en el sur de Chile, que destaca por usar mitología local para crear una atmósfera digna de las obras de Lovecraft. Austral Games y Abstract Digital han demostrado que es posible desarrollar títulos basados en narrativas locales. Puedes agregar este título a tu lista de deseos en Steam.

Linked Mask

Un título que revive lo retro desde sus raíces. Cuando me acerqué al stand de Mekanical Void, su desarrolladora, me sorprendí al encontrar una Super Nintendo y un televisor CRT en medio de tantos PC gamer y pantallas HD. Linked Mask es un tributo a otra época, un viaje quijotesco al pasado. En un mundo donde todo avanza hacia la hiper realidad, estos desarrolladores optaron por el camino opuesto. Crearon un título en pixel art monocromático y llevarlo aún más lejos: lo portaron a un cartucho de Game Boy, para que los asistentes lo jugaran de manera nativa en la consola. Notable y valiente. Para mí, fue como viajar al pasado, el verdadero reencuentro que buscaba.

N!

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