Los que jugamos videojuegos en los años 90s, tuvimos la experiencia de convivir con una serie de códigos, no escritos, al momento de reunirnos para jugar nuestros videojuegos favoritos. En post haremos una recopilación de estos códigos y vivencias, que a más de algunos les traerán un buen recuerdo.
Durante la época de oro de los 16bits, la industria de los videojuegos tuvo un crecimiento exponencial, logrando un alcance e interés a nivel global. Tanto en Asia, como en Norte América y Europa, las consolas de videojuegos se transformaron en el regalo preferido de los niños y niñas de la época, logrando incluso que en cada hogar existiera una consola. A pesar de esta proliferación de sistemas de entretención, en algunos país, especialmente de Latinoamérica, las consolas de videojuego tuvieron una penetración más tardía. Este crecimiento más llano se puede atribuir, entre otros factores, al costo de venta de las consolas en la época. Latinoamérica al ser un mercado más pequeño (exceptuando Brasil) los costos de importación de consolas hacía aumentar su valor comercial significativamente, limitando su compra. Otro factor a considerar era el retraso en la importación de los cartuchos de juegos, especialmente los lanzamientos. Esto se hacía latente al ver las principales revistas de videojuegos, como la Club Nintendo, que anunciaban lanzamientos de juegos pero que por estos lados del mundo aún no había luces de su llegada. Así era el universo de los videojuegos donde muchos de los jugadores de los 90s crecieron.
A diferencia de los actuales jugadores de videojuegos, donde, en muchos casos, juegan y comparten a través de internet, en medios como Steam o Twitch, cada uno desde sus hogares, aislados del entorno, los jugadores de los 90s se juntaban en las casas a jugar, de forma comunitaria, compartiendo experiencias, chistes y juegos. Podía ser un vecino del barrio o algún familiar, pero siempre había alguien que tenía una consola de videojuegos. No importaba si era la última o si los juegos eran reproducciones, las ganas de jugar siempre estaban presentes. Eso que antes se hacía en los arcades o flippers, ahora estaba cada vez más cerca. No se necesitaban fichas para jugar, la diversión era infinita. Todo este entusiasmo por jugar fue decantando, de forma orgánica, en una serie de comportamiento o reglas tácitas, casi rituales, sobre cómo se debían comportar los jugadores, sean vecinos, amigos o familiares al momento de sentarse frente al televisor a jugar. Dichas reglas se fueron esparciendo de casa en casa y se fueron aceptando como reglas básicas para cualquier jugador o jugadora.
En un ejercicio de memoria, he recopilado una lista de 14 códigos o ritos que todo jugador de los 90s realizó al momento de jugar un videojuego. Veamos cuántos de estos códigos tenías con tus amigos y amigas de infancia.
- Entre todos los jugadores elegimos el videojuego.
- Soplar el cartucho antes poner el juego. 💨
- Si es necesario, ponerle un papel o cartón en la ranura de la consola para evitar que se mueva el cartucho.
- El objetivo de la jornada es “darse vuelta el juego” o tratar de avanzar lo más posible.
- Siempre se debe respetar el turno de cada jugador.🕹
- Todos apoyamos al que está jugando.
- El o la jugador(a) que sabe inglés debe traducir los textos para que todos entiendan.
- Todos nos sentamos alrededor del televisor para no tapar a nadie.
- Nadie se cruza por delante del televisor durante una partida.📺
- Solo nos paramos para ir a comer algo.
- Si te invitan a jugar a la casa de algún amigo o familiar debes llegar con algo para comer o tomar.🍪
- Nunca se deben borrar las partidas donde todos hemos jugado.
- Cambiar juegos con los vecinos del barrio. (y siempre devolverlos)
- Arrendar algún juego en el videoclub más cercano y no devolverlo a tiempo.😅
Seguramente más de uno de estos puntos te despertó algún buen momento de la infancia. Con el paso de los años, la llegada de las nuevas tecnologías, el internet e incluso el distanciamiento de la vida de barrio, estos códigos se fueron perdiendo poco a poco y hoy son un mero recuerdo de infancia.
Fotos: (1) Tumblr; (2) Twitter/emanatee
N!